SACHA VASILICH LÉBEDEV
Moscú, 1881-1906.
“Camina inclinado hacia adelante como si alguien lo fuese empujando por la espalda”, Ania dixit.
Murió el día que su mujer, Ania, iba a dar a luz a la tercera hija de ambos. Apurado por la noticia, se accidentó mientras trabajaba en la estación ferroviaria de Yaroslavsky. El Transiberiano se había inaugurado dos años antes y aún necesitaba mantenimiento.
Sacha cayó desde una torre frágilmente instalada. Interesante fue que al pisar el último escalón, miró hacia abajo y pensó que debía cuidarse de no trastabillar. Siempre había tenido un andar un tanto desarticulado, decía Ania, y eso le había causado varios problemas. No solo físicos, sino con ella.
Ania -él lo sabía- no soportaba su torpeza.
Entre otras cosas.